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Iglesia Santiago

Una cúpula de madera rematará Santiago

Interior de la iglesia donde se han levantado los arcos del crucero y las cubiertas. :: S. M. Lario/AGM

Interior de la iglesia donde se han levantado los arcos del crucero y las cubiertas. :: S. M. Lario/AGM

Será difícil olvidar la imagen del interior de la iglesia de Santiago tras los graves destrozos que sufrió por los seísmos de 2011. El crucero completamente hundido y reducido a escombros, del que solamente quedó en pie parte del altar mayor, blanco inmaculado con la cruz de Santiago roja en el centro como seña de identidad de lo que fue este edificio del siglo XVIII. Este ha sido uno de los iconos de la magnitud de la tragedia, pero el aspecto del templo ya es otro, porque se han levantado los enormes arcos de ladrillo del crucero. Un complejo sistema de andamios lo cubre todavía porque ahora se está construyendo el tambor para hacer la nueva cúpula.

La premisa fundamental del proyecto, explica a ‘La Verdad’ el arquitecto director de las obras, Juan de Dios de la Hoz, es «la recuperación del volumen del edificio anterior al sismo, pero utilizando ligeras estructuras de madera y eliminando las pesadas losas de hormigón que había sobre las cubiertas». Añade que «no se trata de hacer grandes cambios estéticos, pero se va a conseguir una enorme disminución del peso de las estructuras de la cubierta de más de 150 toneladas». El aspecto exterior será el tradicional, de revocos de cal y cerámica, pero el volumen y la imagen interior «será la de una cúpula pero acabada en madera y sin llegar a tocarse con los muros del tambor». Se prevé que las obras estén concluidas antes del próximo verano.

Desde que comenzó la reconstrucción, el pasado mes de septiembre, «han sido restauradas todas las grietas en los arcos y en los muros, así como en la nave central y laterales del templo que ya están libres de andamios», afirma de la Hoz.

Por tanto, «se encuentran asegurados los elementos estructurales (muros, pilares, arcos y bóvedas), lo que ha permitido construir los cuatro arcos del crucero, los tres brazos de este y las capillas de la cabecera, cubiertas por sendas estructuras de madera. De este modo, se ha podido retirar la cubierta metálica provisional que la ha protegido en los últimos meses frente a los fenómenos meteorológicos». También se ha completado la torre incluyendo las tejas vidriadas de color verde. Aunque falta la restauración de su interior, ya han sido colocadas las campanas.

 

Piezas originales

Otra de las particularidades del proyecto ha sido la recuperación de la mayor cantidad posible de piezas originales de cantería, que fueron debidamente numeradas, para recolocarlas en su posición original». De la Hoz añade que «se han rescatado de los escombros trozos de piedra, ladrillo y yeso pero otros no ha sido posible debido a su mal estado o a que prácticamente desaparecieron con el derrumbe». Elementos antiguos se integran con otros modernos.

La construcción de la cúpula entraña la mayor dificultad técnica puesto que ha habido que levantar cimbras o armazones para sostener provisionalmente el peso mientras se ejecutaban los enormes arcos de ladrillo del crucero, sobre los que a su vez se elevará el tambor y la cubierta y cúpula. Según el arquitecto, «a esto debe sumarse el mal estado en el que quedaron sus apoyos tras los terremotos, lo que ha obligado a completar grandes piezas de cantería de piedra o de ladrillo, que quedaron destrozadas por los temblores de tierra.

Solo para hacer los arcos y las pechinas han sido necesarios 24.000 ladrillos macizos. Para asegurar la estabilidad durante todo el tiempo que duren las obras, se ha mantenido una medición instrumentada de la iglesia que «permite controlar semanalmente las posibles deformarciones que pudieran sufrir los distintos elementos constructivos.

 

Pinturas murales

Las obras han servido para desvelar algunas pinturas murales en los paramentos, ocultas bajo varias capas de yeso que «están siendo analizadas para comprobar su estado e importancia histórica y artística». Las que se conservan más completas presentan motivos navales y han sido descubiertas tras derribar el tabique de una de las capillas». Otras tienen una policromía más sencilla o están más deterioradas, como las halladas en la capilla del Evangelio, aunque es posible que aparezcan más pinturas decorativas conforme vayan haciendo catas en el templo. Todas han sido debidamente cubiertas para frenar su deterioro.

El director de las obras asegura que se están cumpliendo los plazos aunque todavía queda mucho por hacer. Una vez reparadas las enormes grietas en las bóvedas y los arcos, así como los desprendimientos de los grandes sillares que formaban los muros y cornisas, «se va a proceder en los meses siguientes a la consolidación de la fachada principal y laterales, a la ejecución del resto de las nuevas cubiertas de madera, las pilastras y arcos de la nave central y laterales». Finalmente se colocará el suelo, los cerramientos en vidrio, carpintería y todos los acabados e instalaciones del templo como electricidad, iluminación, sistemas de seguridad y contra incendios, climatización y megafonía.

Las obras, presupuestadas en 2.530.000 euros, están siendo financiadas por la Conferencia Episcopal Española, que hasta la fecha ha pagado la totalidad del gasto realizado, así como por las distintas aportaciones de todas las diócesis de España y una última cantidad de 627.000 euros subvencionada por la Comunidad a través del Banco Europeo de Inversiones, tal y como figura en el Plan Director para la recuperación del patrimonio de la ciudad.

 

Fuente: La Verdad