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Dos grúas sobresalen del Monasterio de Clarisas para su restauración

La reconstrucción del monasterio de Santa Ana y la Magdalena de Clarisas se iniciará en los próximos días cuando se disponga de la oportuna licencia de obras que deberá conceder la Gerencia de Urbanismo y que ya está siendo tramitada por la empresa adjudicataria de las obras. En el convento de clausura se han iniciado los preparativos para el comienzo de los trabajos con la instalación de dos grandes grúas que propiciarán el transporte de material a las zonas más elevadas.

Estas actuaciones se producen solo unas semanas después de que se llevara a cabo la colocación de la primera piedra de las obras, que tuvo lugar el pasado 22 de diciembre en la capilla del monasterio. La reconstrucción del convento será financiada por ochenta comunidades de regantes de Alicante, Almería y Murcia, que integran el Sindicato Central de Regantes del Trasvase Tajo Segura, Scrats.

Esta fue la primera iniciativa que se llevó a cabo en la ciudad para recuperar un monumento. Se hará gracias a la campaña ‘Céntimo solidario’ que puso en marcha el Scrats apenas unas semanas después de los terremotos de mayo pasado y que consiste en el pago de un céntimo de euro por cada metro cúbico de agua que consumen los regantes de esas zonas.

En un principio se quiso excluir a la Comunidad de Regantes de Lorca, ya que sus agricultores se habían visto afectados por los seísmos. Sin embargo, declinaron la propuesta y decidieron sumarse para conseguir lo antes posible el dinero necesario para que las monjas clarisas pudieran reconstruir su monasterio que quedó en ruina tras los movimientos sísmicos. A mediados del pasado diciembre se consiguió, según el presidente del Scrats, José Manuel Claver, la suma necesaria para llevar a cabo las obras de rehabilitación, dos millones de euros.

Durante la colocación de la primera piedra de las obras el alcalde, Francisco Jódar Alonso, aseguró que ésta será la primera obra de reconstrucción de la ciudad. «La solidaridad de los regantes hará que se pueda reconstruir este monasterio, muy querido por los lorquinos, y al que acudimos siempre que necesitamos de consuelo».

Las clarisas lo perdieron todo tras los terremotos. Los tejados de su monasterio se vinieron abajo destruyendo a su paso todo, desde las imágenes de su capilla, hasta el mobiliario. Durante meses su horno, principal fuente de financiación del convento, no pudo funcionar, ya que se quedó bajo los escombros.

Un equipo de aficionados al fútbol ‘Infierno de Lorca’ que ganó la liguilla la pasada temporada donó su premio, unos 300 euros, que fueron utilizados para la reparación de los hornos y la amasadora. Los jóvenes también se prestaron para sacar de los escombros la maquinaria y trasladarla hasta las nuevas instalaciones. Como ellos, también muchos otros lorquinos se volcaron con las monjas que durante semanas durmieron en sacos de dormir en unas dependencias que fueron habilitadas mientras se ejecutan las obras de reconstrucción.

Fuente: La Verdad