Pasados más de cuatro meses de los terremotos de mayo y sus consecuencias inmediatas, no se gana para sustos, porque siguen produciéndose daños en muchos de los edificios que ya en aquel momento resultaron con graves desperfectos.
Uno de esos casos más recientes afecta al conjunto del edificio de la iglesia parroquial de Santiago Apóstol, el templo con más importantes daños de toda la ciudad en el que se vino abajo el crucero y la torre estuvo a punto de caer. Una actuación de urgencia posibilitó que el campanario quedara en pie, aunque el riesgo en la calle Villaescusa la mantenga cortada a la circulación.
La sacristía del templo, situada sobre una antigua cripta, no presentaba en principio signos evidentes de riesgo por lo que se utilizaba en ocasiones para celebraciones eucarísticas en aquellos casos en que se preveía una mayor asistencia de fieles. El resto de las celebraciones se hacen en el salón parroquial, en la planta baja del edificio de nueva construcción en la calle Leonés, en que se sitúa la casa parroquial.
La parte de pavimento de la sacristía que se hundió en la tarde del lunes no es de grandes dimensiones y está junto a uno de los muros, pero sí es preocupante por el peligro que puede suponer para el resto del salón de la sacristía. Por descontado el párroco, Eduardo Sánchez, aisló inmediatamente esa zona hasta que los técnicos del Obispado la revisen.
Fuente: La Verdad