El casco antiguo de la ciudad se ha convertido prácticamente en intransitable no solo para los vehículos, sino también para los peatones, ya que numerosas calles permanecen cortadas dando prioridad a grúas, excavadoras y camiones de gran tonelaje. Ayer la situación en el recinto histórico volvió a ser caótica, ya que a las calles que permanecen cortadas desde los terremotos de mayo pasado, se suman muchas otras en las que se acometen demoliciones y trabajos de emergencia.
Incluso hay vías que son utilizadas durante la mañana y las primeras horas de la tarde en varios sentidos de la circulación y que al caer la noche recobran la normalidad del tráfico. Los agentes de la Policía Local están haciendo verdaderos esfuerzos para permitir la salida y entrada de forma ágil de camiones y grúas, que por sus grandes dimensiones tienen que moverse por itinerarios especiales.
Los trabajos se ejecutan con la mayor rapidez posible, ya que los plazos están a punto de cumplirse. En distintas casas solariegas del recinto histórico se trabaja con grúas de más de veinte metros para llegar hasta los torreones que coronan estas edificaciones. En la calle Corredera en su confluencia con Juan de Toledo se podían contemplar ayer mañana dos grandes grúas, mientras otra menor ocupaba el espacio frente al Palacio de los Irurita donde se está instalando un andamio para proteger el edificio.
En la calle Álamo, Zorrilla, Alfonso X el Sabio, Selgas, Nogalte, Cuesta de San Francisco y Placica de Alcolea las máquinas también mantenían cortado el tráfico por diversos trabajos. En los últimos días los equipos eléctricos municipales no cesan de realizar desvíos de líneas, según el concejal de Obras, Ángel Meca, que explicó que «se están produciendo una media de cinco o seis demoliciones. Antes de iniciarse los trabajos tienen que haberse desviado las líneas del tendido eléctrico, el alumbrado público y el gas».
Desde los terremotos varias cuadrillas dedican todo el día a estas labores. «Incluso hemos tenido que recurrir a empresas externas, porque el trabajo no cesa, todo lo contrario, se ha multiplicado en las últimas semanas». El edil agradeció la colaboración que están recibiendo de Iberdrola. «Está siendo excepcional, como también de las empresas de gas. La celeridad está siendo máxima», admitió.
El desvío de líneas va a buen ritmo, aunque el concejal de Obras reconoció que la restitución está siendo lenta. «Tenemos muchos frentes abiertos en estos momentos, aunque esperamos que poco a poco todo vuelva a la normalidad y se complete el alumbrado público en las zonas en que todavía hay algunas sombras».
Para poder destinar un mayor número de operarios a estas tareas se han reducido las actuaciones estos meses en las pedanías. «Era prioritario actuar en el centro, por lo que los trabajos en las diputaciones se han reducido. La supresión de muchas fiestas en estas zonas han posibilitado que los operarios del servicio eléctrico se dediquen casi exclusivamente a la retirada de cableado de derrumbes».
La Viña y el casco antiguo centran estos días todos los trabajos. «En algunas zonas se ha tenido que reponer todo el servicio eléctrico, lo que lleva mucho tiempo y personal». También los agentes de la Policía Local han multiplicado sus actuaciones en cuanto a señalización se refiere. Las vallas y señales marcando las entradas y salidas del casco antiguo de la ciudad varían no solo cada día, sino por momentos. Los agentes se han convertido en piezas fundamentales para dar a conocer a los conductores las vías alternativas.
A los derribos y obras de emergencia en inmuebles hay que sumar también las que se ejecutan en el interior de viviendas y comercios. Se han colocado contenedores de obras en muchas calles. Sus promotores han pedido a los ciudadanos que estos recipientes no se utilicen para tirar residuos de los hogares, ya que su uso es exclusivo para escombros. «Para la basura que se genera en los hogares ya están los contenedores habituales», afirmó el concejal de Empresas Municipales, Melchor Morales, que solicitó la colaboración de los lorquinos.
Los que han visto complicado su trabajo también han sido los encargados de la limpieza de la ciudad. La Empresa municipal de limpieza, Limusa, ha tenido que establecer itinerarios especiales para las rutas de recogida de residuos y también de limpieza. «Nos está afectando y mucho, ya que hay calles que están cortadas y cuya limpieza y recogida hay que ejecutar por tres zonas distintas». Morales reconoció que desde el terremoto las cifras de tonelaje de basura se han multiplicado. «Se está haciendo limpieza general con motivo de las obras en las casas».
Fuente: La Verdad