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Un complicado andamiaje sostiene el Casino

Los técnicos colocando el pasado sábado el andamio en la fachada del Casino. :: S. M. LARIO / AGM

Los técnicos colocando el pasado sábado el andamio en la fachada del Casino. :: S. M. LARIO / AGM

El Casino Artístico Literario sufre un importante deterioro como consecuencia de los terremotos. Se ha tenido que actuar de forma urgente en el edificio para evitar que se venga abajo. Para ello, se han construido grandes muros de hormigón a pie de sus dos fachadas, la de la calle Lope Gisbert, y la de Pío XII. Sobre ellos, durante todo el fin de semana se ha estado colocando un complicado entramado de hierros que evitará el desplome del histórico inmueble.

La instalación del andamiaje ha sido complicada, ya que el tráfico ha tenido que ser cortado en reiteradas ocasiones para propiciar la entrada de grúas y camiones que portaban los hierros que se han ido colocando adosados a la fachada. Se da la circunstancia de que en este mismo punto de la calle Lope Gisbert hay otros edificios que aparecen vallados por la caída de fragmentos desde sus tejados y cornisas. Es el caso del Palacio de los Condes de San Julián o de una casa señorial situada en la calle Pío XII, también con fachada a Lope Gisbert y Alporchones.

Pero además, se suman las obras que se ejecutan en la iglesia de San Mateo, que también han necesitado del vallado de su atrio y de gran parte de la calle Presbítero Emilio García. Por ello, hace solo unos días, el portavoz del equipo de Gobierno, Francisco García, pedía a los viandantes precaución en esta zona, ya que los peatones se ven obligados a circular por la calzada, aunque la presencia de agentes de la Policía Local está siendo constante, sobre todo, en las horas de mayor tráfico.

Con las obras de emergencia que se están acometiendo en el Casino Artístico Literario se quiere frenar el deterioro de inmueble, a la vez que evitar que se sigan produciendo movimientos que puedan agravar su estado.

Sobre un antiguo hospital

El edificio fue levantado sobre el antiguo Hospital San Juan de Dios en 1847. Se planteó como una estructura de dos pisos, reservándose el inferior a locales comerciales. La fachada fue arreglada en 1884. Los frontones situados sobre los balcones y la entrada principal, son de estilo clasicista, aunque en el edificio existen otros elementos claramente modernistas.

Las fachadas se finalizaron en 1885, aunque las remodelaciones interiores no terminarían hasta 1914-1916, fecha en la que se culminó el ‘Salón de baile’. A su interior se accede por una gran entrada, con escalera de mármol de estilo imperial. Cuenta con un gran lucernario de cristal. Una de las salas más importantes es la de baile, que se reformó durante la Primera Guerra Mundial en un estilo neo-rococó, aunque con cierto aire modernista.

Cuenta con pinturas y decoraciones que realizaron Blas Latorre, Sánchez Carlos y Francisco Cayuela. Las reformas más inmediatas fueron precisamente en este lugar y en el tejado. También se acometieron cambios en els alón de billar y en el hall.

Las obras de emergencia en inmuebles históricos se están acometiendo por todo el recinto histórico de la ciudad. Se pretende, sobre todo, actuar de forma inmediata sobre las conocidas ‘torretas’ para evitar su desaparición, según explicó Francisco García, quien también detalló que los trabajos afectarán a edificios como el Palacio de los Yrurita en la calle Corredera y la que fuera sede del Paso Blanco, al final de esta misma vía. Otras actuaciones serán en otra casa señorial de la calle Zorrilla. También se están retirando estos días elementos ornamentales que pueden caer a la vía pública. «Se están eliminando aleros, cornisas, tejas… con la ayuda de grúas para llegar a lo más alto».

El edil apuntó que estos trabajos también se acometerán en la calle Gigante, Plaza de Juan Moreno, Plaza de España, Carril de Caldereros, Lope Gisbert y la Plaza de Santo Domingo. Los trabajos son de emergencia con el fin de que estén concluidos antes de que comiencen las próximas lluvias. Preocupa, sobre todo, a los técnicos que se produzcan precipitaciones que puedan dotar de mayor peso las cubiertas y puedan producirse desplomes. Por ello, muchos inmuebles han sido cubiertos con grandes plásticos para evitar que el agua se filtre hasta su interior. Entre los que han recibido este tratamiento está la estación del ferrocarril.

Fuente: La Verdad