El Ayuntamiento ha solicitado la inclusión en las ayudas del Real Decreto de una extensa batería de gastos relacionados con el patrimonio cultural de la ciudad, según ha informado el portavoz municipal, Francisco García, quien ha explicado que se trata de una serie de actuaciones de extrema urgencia que se tuvieron que llevar a término tras los terremotos del 11 de mayo, para evitar que diferentes bienes catalogados no se vinieran, literalmente, al suelo.
En su mayor parte se trata de casas solariegas e iglesias que necesitaron de una actuación urgente de apuntalamiento y consolidación. En su conjunto, el montante económico que han supuesto estos trabajos de emergencia supera los 4,8 millones de euros.
García explica que, como consecuencia de los movimientos sísmicos, numerosos bienes de interés histórico, artístico y cultural, sufrieron graves daños, que requirieron una actuación inmediata e inaplazable por parte de la Administración.
Por ello, el Ayuntamiento requirió, en virtud de las competencias establecidas en la Ley 4/2007 de Patrimonio Cultural de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, del Servicio de Patrimonio Histórico que, en coordinación con los técnicos municipales, se comprobaran los daños sufridos en bienes catalogados, en algunos casos Bienes de Interés Cultural (BIC), y en otro bienes sometidos a determinado grado de protección, y establecer las medidas necesarias a adoptar para evitar daño a las personas, evitar el derrumbe del Bien Catalogado y evitar repercusiones en los edificios circundantes.
Una vez evaluados los daños producidos en estos inmuebles y su gravedad, se determinó la necesidad de una actuación urgente e inmediata en algunos de ellos, y que se hiciera con carácter de emergencia, concretándose las actuaciones que debían tomarse.
De acuerdo con el detalle facilitado por García, las actuaciones realizadas se cifran en 250.000 para la Colegiata de San Patricio; 75.000 en el Porche de San Antonio; 72.000 la Muralla Torreón; 226.000 el Palacio de Guevara; 141.000 en San Juan; 143.000 en Santa María; 57.000 en San Pedro; 150.000 en Nuestra Señora del Carmen; 7.000 en San José; 303.000 en Santiago y 30.000 en Cristo Rey, Barrio de la Viña. En este caso fueron reparaciones de urgencia previas al derrumbe de edificio vecino.
Además se invirtieron otros 12.000 en la iglesia de San Cristóbal; 196.000 en la iglesia de San Diego; 149.000 en ermitas del Monte Calvario; 19.000 en ermita de San Roque; 8.000 en la iglesia de San José, pedanía de El Consejero; 300.000, en la iglesia del convento Virgen de las Huertas; 350.000 en el Monasterio de Santa Ana y Santa María Magdalena; 1.099.000, en la iglesia y convento de San Francisco; 218.000 en el colegio San Francisco; 637.000, en Santo Domingo y Capilla del Rosario (incluida la demolición de La Salle); 159.000 en Arcos de Santo Domingo; 4.000 en Torre de Mena; 97.000 en panteones modernistas cementerio; 29.000 en la iglesia de La Parroquia; 4.000 en la capilla del Cementerio San Clemente y otros 80.000 euros en el casino.
Fuente: La Verdad