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Contratan de urgencia la obra para consolidar las laderas del Castillo

Dos trabajadores, en la parte inferior de la imagen, iniciaron ayer las labores previas en la zona más peligrosa de la ladera. :: P. ALONSO / AGM

Dos trabajadores, en la parte inferior de la imagen, iniciaron ayer las labores previas en la zona más peligrosa de la ladera. :: P. ALONSO / AGM

El Ayuntamiento ha contratado por vía de urgencia las obras para la consolidación de dos nuevas zonas del macizo rocoso sobre el que se asienta el Castillo. Esta urgencia está motivada en los informes de una empresa especializada que estima que la inestabilidad de las rocas, en algunos tramos de esa ladera, se ha acentuado y existe peligro para las viviendas de los barios altos de la ciudad.

Los concejales de Patrimonio y Obras, Francisco García y Ángel Meca, respectivamente, informaron ayer sobre esta medida, una de las consecuencias de los terremotos de pasado 11 de mayo, que provocaron varios desprendimientos que afectaron a la carretera de subida a la fortaleza.

El consistorio encargó un estudio para comprobar la situación general del macizo rocoso ya que, con posterioridad, hubo nuevos desprendimientos, especialmente en la zona más al norte, en la que cayeron rocas con altura superior a los seis metros y pesos en torno a las 70 toneladas.

Una de estas rocas, de más de diez toneladas, rodó por la ladera destrozando la carretera y terminando su recorrido a escasos centímetros de la pared posterioridad de una casa, después de romper el muro que delimitaba el patio trasero de la misma.

El resto de las rocas, señalan los ediles, junto con una parte de la muralla desprendida, están en la ladera, cerca de la rotonda de Santa María, «en equilibrio claramente inestable, con riesgo de desplazarse, bine por la propia compresión de piedras más pequeñas que en este momento hacen efecto de cuña, bien por la acción de nuevas réplicas del terremoto o por la acción de posibles lluvias en las próximas semanas».

El tratamiento que se aplicará a a esta zona uno al norte del Castillo, es el volteo y picado del material desprendido mediante una retroexcavadora provista de martillo picador. Todas esas piedras se mantendrán en la zona para formar un canchal, como se denomina a la acumulación de derrubios en la base de las laderas de las formaciones montañosas.
El talud resultante será tratado mediante la colocación de una malla metálica de contención sujeta con burlones de siete metros de largo clavados en la montaña.

Con la misma urgencia hay que actuar en una parte de la ladera cercana al casco urbano, denominada zona cuatro, en la que se han producido tres derrumbes a los 10, 60 y 80 metros del depósito de agua que existe en la carretera del Castillo. En este caso el riesgo es para el barrio de San Pedro y la zona de San José de Calasanz, por lo que cuando los trabajos los exijan habrá desalojo por unos días de las viviendas más cercanas.

El tratamiento a aplicar en esta zona será similar al que ya se instaló el año pasado en un tramo cercano a Santa María. En la base de la muralla se procederá a la estabilización del macizo rocoso emergente mediante una malla de contención sujeta con burlones de seis metros de lago. En la parte inferior y por encima de la carretera, se colocará una barrera dinámica de seis metros de altura capaz de absorber la energía de un impacto, en el caso de desprendimientos.
El edil Ángel Meca explicó que «en esta zona, una vez que se coloque la malla, se podría abrir al tráfico ese tramo de la carretera, con un sistema, de semáforos para que funcione en ambos sentidos. Creemos que en un plazo de seis a siete semanas esta fase estará resuelta. Mientras, de forma muy puntual, y en los casos en que la empresa que construye el Parador no pueda acceder por el camino de Los Pilones, se le permitirá el paso».

Meca también indicó que hay en marcha gestiones con Fomento para que autorice el asfaltado de la parte del camino, que se inicia en el barrio de San José y llega a Los Pilones, y que es dominio de la autovía, para utilizarlo de forma permanente como otros acceso a la fortaleza, en especial hasta que se resuelva en su totalidad el problema de los desprendimientos que pueden pasar hasta cinco meses porque hay otras dos zonas en las que habrá necesidad de actuar.

Fuente: La Verdad