En el casco histórico se suceden los sobresaltos. Si el pasado jueves la alarma surgía en el edificio del Archivo Histórico por la rotura de parte de una balconada, ayer el susto lo provocó el desplome de un torreón en un caserón histórico en la esquina de las calles Fernando El Santo y Zorrilla. No era aún mediodía cuando los vecinos de los edificios próximos, y sobre todo de los comercios de la zona, escucharon el estruendo. Una nube de polvo cubrió inmediatamente la vivienda y sus alrededores. «Estábamos dentro de la tienda y de pronto todo se ha llenado de polvo. Hemos llamado a la policía y han cerrado toda la calle. También han venido técnicos y un arquitecto para ver qué había pasado», comenta uno de los testigos que presenció lo ocurrido.
También se vieron afectados los trabajadores del servicio jurídico de la Oficina Común de Notificación. Fueron desalojados y el Tribunal Superior de Justicia autorizó el cese de la actividad. Al ser viernes la incidencia del cierre de esta dependencia ha sido menor, aunque está en el aire si se podrá reabrir el próximo lunes.
Al ser un edificio histórico, es la Dirección General de Cultura la que tiene que dar el visto bueno para que el inmueble pueda ser demolido. Afortunadamente, en su interior no vive nadie desde hace años. No es el único edificio de estas características que está perjudicado en el casco histórico. Algunos ya se han demolido pero otros, como el ubicado en el número 7 de la calle Selgas, se encuentran acordonados a la espera de un diagnóstico final. «En el caso de esta vivienda, la fachada no entraña peligro. En peor estado se encuentra el interior, lo que ocurre es que esa casa está montada sobre otra colindante».
Fuente: La Verdad