La máquina trabajando en la demolición de una casa en la calle Zorrilla. :: PACO ALONSO / AGM
Su final era previsible. La casa histórica ubicada en la confluencia de las calles Fernando El santo y Zorrilla fue demolida ayer después de que el viernes se desplomara parte de su planta superior que acabó afectando interiormente al resto de la estructura. A primera hora de la mañana las máquinas comenzaban las labores de derribo que, finalmente, se aceleraron porque la vivienda cedió y comenzó a caerse por su propio peso debido al mal estado en el que se encontraba.
Desde el pasado viernes, el acceso a la calle Selgas por Alfonso X ha permanecido cerrado al tráfico y a los peatones, y continuará a sí hasta que se proceda a la retirada total de los escombros resultantes de la demolición. Esta vivienda se suma a otras muchas, también situadas en el casco antiguo, sobre las que pesa una más que probable condena de demolición.
En este sentido, y ante la caída de algunos trozos de cornisas y balconadas en los últimos días, el concejal de Obras, Ángel Meca, explicó que «permanecen activas dos brigadas de técnicos municipales que revisan elementos de edificios con riesgo de desplome o desprendimiento a la vía pública, con el fin de ordenar su derribo o acordonar la zona para evitar accidentes. Desde que se registraron los terremotos esa labor municipal no ha parado, y diariamente se detectan y controlan nuevos puntos en edificios que incluyen elementos que pueden caer a la calle.
En algunos casos se trata de elementos como cornisas, que no revestían peligro en las primeras inspecciones tras los seísmos, «pero que ahora, por el paso del tiempo, porque se han producido nuevos movimientos en los edificios y porque se está asentando el terreno, pueden entrañar riesgo para viandantes y conductores».
Afortunadamente, no existe constancia de que ninguno de los cascotes que en los últimos días han caído a la vía pública hayan producido daños físicos o materiales. No obstante, el concejal de Urbanismo en funciones, Francisco García, matizó que «los técnicos seguirán vigilantes para subsanar todos aquellos desperfectos que puedan derivar en la caída de elementos de las fachadas, especialmente en el casco antiguo donde abundan grandes caserones que en muchos casos llevan años abandonados sin que se les haya realizado ningún trabajo de mantenimiento interior y exterior».
Fuente: La Verdad