El terremoto de Lorca ha puesto al descubierto que los edificios históricos de la ciudad que sufrieron desperfectos y derrumbamientos carecían de seguro. Pero no ocurre solo en Lorca. Es algo habitual en toda España. Ante eso, el presidente de Mapfre, José Manuel Martínez, encendió el jueves la polémica al manifestar, durante un acto universitario, que «debería ser obligatorio tener una póliza de seguro para el patrimonio cultural». La existencia de un seguro hubiera evitado, según el presidente de la primera aseguradora de España, que ahora se tuvieran que solicitar aportaciones a empresas, instituciones y organismos públicos, como ha ocurrido con los edificios devastados por el seísmo de Lorca.
Martínez contextualizó esta reflexión al hilo de su preocupación por la baja valoración que existe en España sobre la actividad aseguradora, y en particular en zonas con alto riego de movimientos telúricos, como Murcia. Mapfre, precisamente, ha impulsado junto a la Universidad Autónoma de Madrid una cátedra que lleva el nombre de su presidente que se centrará en el I+D y tendrá una especial atención en catástrofes naturales. Se trata, según Martínez, de estudiar la capacidad de respuesta de las aseguradoras tras una catástrofe.
Pero, ¿se puede asegurar el patrimonio cultural? Martínez, cuyo origen murciano quizá le hace más sensible en estos temas, reconoce la dificultad para hacer una valoración de un monumento, aunque sugirió que, al menos, podría contemplarse con prioridad en zonas sísmicas, como ocurre en su tierra. En ese sentido se expresan fuentes del Ministerio de Cultura. Sostienen que «conceptualmente no hay ningún inconveniente para adoptar una medida similar y si hay una propuesta al respecto el ministerio está abierto a estudiarla». No obstante, según señalan esas fuentes, el problema radica precisamente en los baremos que deben tenerse en cuenta para hacer una valoración. «Los bienes de patrimonio cultural son inembargables, inalienables e inexportables. Al no haber precio de mercado es imposible poner una prima», apuntan en Cultura. «¿Qué prima vas a poner al acueducto de Segovia?».
Los posibles siniestros en el patrimonio cultural se producen por falta de mantenimiento, lo que atañe a los innumerables inmuebles que son propiedad de la Iglesia Católica y por tanto no pertenecen al Estado, y por una catástrofe, que están fuera de las primas de seguros y a ella responde el Consorcio de Compensación de Seguros que financian todas las aseguradoras. Indican que el Estado ya cuenta con un programa de rehabilitación que cuenta con un fondo destinado para situaciones de catástrofes como las del terremoto de Lorca y «echando cuentas es posible que salga más barato ese programa que asegurar todos los monumentos».
Fuente: El País