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Los técnicos proponen aligerar de peso la cubierta de la nave central de San Diego

El arquitecto de las obras, Francisco Marín; el párroco de San Diego, Jesús Ros Esparza; la edil de Cultura, Sandra Martínez; y la concejal responsable de San Diego y San Cristóbal, Mari Carmen Ruiz. / P. A / AGM

El arquitecto de las obras, Francisco Marín; el párroco de San Diego, Jesús Ros Esparza; la edil de Cultura, Sandra Martínez; y la concejal responsable de San Diego y San Cristóbal, Mari Carmen Ruiz. / P. A / AGM

La iglesia de San Diego se sumará a los templos que han sido desde el terremoto de mayo de 2011 aligerados de peso para evitar que nuevos movimientos sísmicos vuelvan a producir en ellos daños similares a los ocurridos hace cuatro años. El equipo técnico que dirige las obras de rehabilitación de San Diego anuncia que ha propuesto la retirada de una capa de hormigón de la cubierta de 80 toneladas de peso para aligerar la nave central.

Esa ‘plancha’ fue añadida al templo, del siglo XVII, en los años ochenta y «puede haber condicionado el mal comportamiento del edificio en los seísmos de mayo de 2011», aseveró el arquitecto director de las obras, Francisco Marín. Le acompañaba la concejal de Cultura y Patrimonio, Sandra Martínez, que señaló que este mismo procedimiento se ha seguido en otros monumentos como el Palacio de Guevara, la iglesia de Santiago y el antiguo convento de San Francisco. De este último monumento se retiró una capa de hormigón de cada una de las plantas del edificio que habían sido colocadas durante la ejecución de las obras de emergencia, tras los terremotos. «Esta cubierta de hormigón dificultaba los movimientos de los monumentos cuando se producen seísmo, lo que puede ocasionar -como se ha comprobado- muchos más daños», explicó Sandra Martínez.

Las imágenes de la espadaña de la iglesia de San Diego cayendo durante el segundo terremoto de mayo de 2011 dieron la vuelta al mundo, ya que fueron grabadas en directo por las cámaras de televisión. «Es una imagen icónica de los seísmos que difícilmente podremos olvidar. Las obras de los últimos meses han permitido recuperar esa parte del monumento que ya se exhibe sin andamios», explicó la concejal responsable del barrio de San Diego y San Cristóbal, María del Carmen Ruiz Jódar, que también acudió a supervisar los trabajos.

Las actuaciones en San Diego tenían un presupuesto inicial de 700.000 euros que podrían necesitar de un aumento para acometer trabajos como la restauración de varios fragmentos de pinturas del siglo XVII y posteriores que habían sido ocultados bajo varias capas de yeso. El arquitecto director señaló que podrían ser restaurados ahora, o acometerse en un futuro, «ya que quedarán protegidos bajo el tratamiento que se les pretende dar». La partida presupuestaria también podría verse afectada por el coste que supondría la retirada de la placa de hormigón, aunque esas labores como las anteriores están pendientes de estudio.

«Equilibrio inestable»

Lo que ya se ha resuelto era el «equilibrio inestable» que presentaba el monumento. «Hemos cosido la fachada al templo, ya que se había desplazado unos 15 centímetros, por lo que ya no presenta el grado de inestabilidad que tenía». Los terremotos provocaron que la fachada principal se separara de la nave entral y corriera grave peligro de desplomarse sobre el suelo por la inclinación que había tomado. El arquitecto director señaló que la corrección se ha hecho a base de un complejo sistema de «cosido».

Durante el proceso de restauración los técnicos también se encontraron con otros problemas estructurales, relacionados con el hecho de que los arcos de la bóveda no descansaban directamente sobre las pilastras, que también han requerido una intervención más prolongada para garantizar la seguridad del edificio.

Los arcos fajones y las grietas que presentaba el conjunto del edificio ya han sido saturados y en el suelo se instalará un sistema de aireación entre capas para permitir la eliminación de humedades, ya que la iglesia está ubicada en una zona inundabl, que ya ha sufrido dos episodios de anegación durante el proceso de restauración.

En estudio también está la retirada de un retablo de cerámica que se colocó hace años en una de las capillas. Es necesario, indicaron los técnicos, para «sanear y acceder hasta las pinturas de distintas trazas y épocas que hay debajo». El altar que hace años fue ‘arrancado’ del retablo mayor tras las reformas litúrgicas posteriores al Concilio Vaticano II también ha sido devuelto a su lugar original. «La pieza fue, literalmente, cortada y separada, por lo que ha sido relativamente fácil -dado su peso- colocarla nuevamente en el sitio que ocupó», argumentó el párroco del templo, Jesús Ros Esparza. Las obras estaba previsto que concluyeran en junio, aunque los hallazgos y problemas estructurales podrían retrasar esa fecha hasta los últimos meses del año.

Fuente: La Verdad de Murcia