Algo más de una treintena de casas solariegas y palacios del recinto histórico de la ciudad se encuentran, casi cuatro años después de los terremotos, con las fachadas ‘apeadas’ a la espera de que algún día llegue su reconstrucción. Parece harto difícil, por cuanto la mayoría no pertenecen a un único dueño, porque la recuperación del encanto que tuvieron un día es muy costosa y porque la normativa impide convertirlas en edificios de viviendas con aparcamientos subterráneos y locales comerciales.
La solución a este patrimonio en riesgo parece lejana, a pesar de que en los últimos meses se han anunciado nuevas ayudas para propiciar la reconstrucción a sus propietarios. En la mayoría de los casos solo queda en pie la fachada, sostenida por todo un entramado de acero adosado a grandes bloques de cemento armado, que impiden que se precipite al vacío.
Un recorrido por el conjunto histórico de la ciudad nos deja una visión casi fantasmal, porque en un principio las fachadas fueron cubiertas por telas que con el tiempo se han desprendido y roto quedando únicamente jirones. El viento los hace moverse a la vez que suena una especie de silbido al colarse por las rendijas de ventanas y puertas de los balcones que aún permanecen intactos.
Era habitual ver cada día decenas de turistas que recorrían el recinto histórico contemplando estas joyas, que muestran notables emblemas de piedra en sus vetustas portadas. Una ruta incluso marcaba el recorrido a seguir, partiendo desde el antiguo convento de La Merced y teniendo como final el Porche de San Antonio, después de serpentear calles como Lope Gisbert, Alfonso X el Sabio, Selgas, Corredera, Santiago, Álamo, Zorrilla, Pío XII, plaza del Ibreño…
Pero hay una preocupación más. Si no se acomete a la mayor brevedad su reconstrucción su estado de conservación continuará agravándose. Esta situación está llevando a que continuamente estos palacios y casas solariegas tengan que ser examinados con precisión para evitar la caída de fragmentos a la vía pública, con el consiguiente peligro.
«Es cierto. Se realizan revisiones con cierta periodicidad para evitar que las inclemencias del tiempo puedan provocar desprendimientos de estas viviendas», aseguró en declaraciones a ‘La Verdad’ el concejal de Urbanismo, Francisco García.
Las últimas actuaciones están muy recientes. Estos días bomberos, operarios del Servicio Municipal de Emergencias y técnicos de la Concejalía de Urbanismo, en colaboración con la Policía Local, han revisado cada una de esas 32 viviendas que permanecen en pie ayudadas por andamios, como consecuencia de los daños que sufrieron tras los terremotos de mayo de 2011.
Tres declaraciones de ruina
«El fin fundamental de estas actuaciones era garantizar la seguridad en la vía pública con motivo de los fuertes vientos de los últimos días», explicó el edil de Urbanismo. El operativo de emergencias puesto en marcha pretendía «tomar las medidas de aseguramiento necesarias». Los técnicos de Urbanismo, tras realizar distintas inspecciones, según Francisco García, han tramitado tres expedientes de declaración de ruina.
Se trata de una vivienda en la calle Pío XII esquina con Zorrilla. «Tiene declaración de ruina técnica con mantenimiento de fachada y se ha ordenado la demolición interior o vaciado con mantenimiento de fachada», detalló. En Urbanismo consta solicitud de licencia de obras para la demolición interior con mantenimiento de fachada. También en Pío XII, aunque esquina con Fernando el Santo, se ha procedido a la tramitación de expediente de ruina y se ha ordenado la demolición interior con mantenimiento de fachada.
Ayuda a la demolición
En este caso, según el titular de Urbanismo, «no consta solicitud de licencia de obras para la demolición. Verbalmente, la propiedad nos ha comunicado que se está ultimando el proyecto para su presentación en Urbanismo». Y en Pío XII, pero en el número 3, otra declaración de ruina y orden de demolición, que cuenta con solicitud de licencia de obras para el derribo. En el caso de estas tres viviendas se está gestionando con la Comunidad Autónoma una ayuda para la demolición.
En el Camino de Pina también actuaron los técnicos ante un aviso del mal estado de una vivienda. Otras actuaciones han sido para la retiradas de puertas y ventanas de balcones de viviendas en estado de ruina en el recinto histórico. De algunas de ellas se han desprendido vidrios que podrían haber ocasionado accidentes al caer a la vía pública. «Se han revisado nuevamente todas las viviendas ‘apeadas’ y retirado todo lo que pudiera caer como consecuencia del viento, pero esta tarea es constante, ya que el estado de esas casas se agrava mientras no se inicie su rehabilitación o reconstrucción», insistió el concejal de Urbanismo.
Fuente: La Verdad de Murcia