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La restauración se atasca en las casas solariegas

  La fachada es lo único que queda en la Casa  de los Calderones, posiblemente la primera  que se reconstruirá. :: SONIA M. LARIO /AGM

La fachada es lo único que queda en la Casa de los Calderones, posiblemente la primera que se reconstruirá. :: SONIA M. LARIO /AGM

Casi todos los edificios privados del recinto histórico de cierto interés, incluidas varias casas solariegas, sufrieron más o menos daños a consecuencia de los terremotos del año pasado. En algunos casos se llegó a la declaración de ruina con el derribo del interior, pero manteniendo en pie la fachada, a base de estructuras de hierro que las han dejado como decorados de una película de época.

En conjunto venían a ser parte fundamental del atractivo de Lorca como ciudad barroca, a pesar de la desaparición progresiva de otros inmuebles, tal vez de menor valor monumental, pero que contribuían a crear el ambiente urbano propio de una población que presume de su pasado y del que, como sigan proliferando los descuidos, solo quedarán pequeños islotes.

Las secuelas de los seísmos, con bastante lentitud, van desapareciendo y la reconstrucción de edificios de viviendas parece que empieza a arrancar. Pero, ¿qué ocurre con las antiguas edificaciones cargadas de escudos que tienen cierto grado de protección urbanística? Prácticamente nada.

Urbanismo, hasta este momento, pasados dieciséis meses de los seísmos, solo ha recibido una propuesta de reconstrucción presentada por los propietarios que, según indica el concejal José Joaquín Peñarrubia, tiene ya un informe favorable de Cultura y podría recibir la licencia de obras dentro de poco.

Se trata del inmueble conocido como Casa de los Calderones, aunque el escudo nobiliario que campea en su fachada es de los Canos y Rondón de Luna. Está en la calle Marsilla, junto a la plaza de Ibreño, y se trataba, porque ahora solo queda en pie la fachada, de una edificación barroca del siglo XVIII, con una amplia cornisa en la que se incrustan las ventanas de su zona superior.

El plan de protección y rehabilitación integral (pepri) en el conjunto histórico de Lorca) la describe como una «construcción sobria, de grandes proporciones y planta casi regular. El cuerpo bajo, con puerta sencilla, en piedra, flanqueada por ventanales con rejería tupida del siglo XIX. El primer piso, muy destacado en altura, se dispone con huecos, alternando balcones con herrería de forja del XVIII y ventanas lisas».

Calle Corredera

Peñarrubia también explica que hay intentos para rehabilitar la casa de los Marín Ponce de León, en la calle Corredera, en cuya esquina está la estatua de San Vicente. Son varios los propietarios y el edil reconoce que hay problemas con la Consejería de Cultura por el grado de protección que tiene el inmueble. «El tema está en manos de la Comisionada del Gobierno para ver si se encuentra una salida», señala.

La falta de ayudas concretas para la reconstrucción de este tipo de edificios, que es más costosa, puede estar en el fondo del problema. José Joaquín Peñarrubia quiere que se contemple de alguna manera en el plan director de Cultura para actuaciones en el patrimonio cultural. Los lorquinos, a diario, se tropiezan en calles como la Corredera, Álamo, Selgas, Juan II… con la docena, como mínimo, de inmuebles a reconstruir total o parcialmente. ¿Cuándo?

Fuente: La Verdad